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El Hierro es un micronutriente con bajo contenido en las plantas cultivadas, pero de enorme importancia. Su carencia puede ser tan perjudicial para el desarrollo de los cultivos como la de cualquier macronutriente usado en agricultura.

 El hierro es el nutriente más abundante en casi todos los suelos. No obstante, se presentan frecuentes deficiencias de hierro para los cultivos como consecuencia de su baja solubilidad en el suelo y de la alta sensibilidad de plantas a la clorosis férrica.

La baja solubilidad del hierro en el suelo es consecuencia del alto pH de los suelos calizos, 8-9, en los que la solubilidad de los óxidos férricos es mínima. Además, en estos suelos, hay una gran presencia de ión bicarbonato que por una parte, hace que las plantas sensibles a la clorosis disminuyan su capacidad para absorber el hierro y por otro lado, tamponan el medio de manera que el pH no pueda bajar en la rizosfera, evitando puntos con posible solubilización de hierro.

Condiciones como un excesivo riego, suelo frío, presencia de nematodos, etc., agrava la clorosis férrica. En resumen, la deficiencia de hierro no es un problema de ausencia de este nutriente en el suelo, sino de las condiciones del propio suelo que impiden una adecuada solubilización y absorción por la planta.

Aplicación de Hierro y Quelatos de Hierro para corregir las clorosis férricas:

La adición de hierro no es buena solución si no se utilizan productos que aseguren la permanencia en forma soluble en el suelo, y esto se logra aplicando quelatos de hierro de alta estabilidad. Entre ellos los más usados son los que tienen EDDHA, compuesto que puede presentar dos isómeros: el orto-orto de alta estabilidad y eficacia a largo plazo y el orto-para de menor estabilidad, pero de rápida respuesta.

Existen productos con una elevada presencia en orto-para y otros en cuya composición sólo hay orto-orto. Lo importante es tener en cuenta la riqueza en los isómeros y no en Fe soluble, ya que si el Fe no está quelado precipitará y no será usado por las plantas.  

EDDHMA, EDDHSA y EDDCHA forman también quelatos férricos de alta estabilidad. Los dos últimos son los más solubles por lo que pueden ser usados en fertilizantes líquidos.

Para cultivos poco sensibles, o sustratos no tan calcáreos y con adición frecuente de quelatos, es posible usar los quelantes de menor estabilidad para el hierro como son EDTA, HEEDTA y DTPA.

Recientemente se ha propuesto el uso de IDHA como agente quelante biodegradable.

Las dosis a aplicar están en función del agente quelante, riqueza en Fe quelado, cultivo y régimen hídrico. Frutales y cítricos adultos pueden requerir hasta 25 g de quelato muy estable de alta riqueza, 5-6% hierro quelado, ó 50 g de quelato de menor riqueza, alrededor de 2,5-3% de hierro quelado.

Dosis similares pueden ser aplicadas a olivar en cultivo intensivo. La dosis disminuirá para árboles de menor porte o con pies resistentes. Si bien se puede distribuir la aplicación de los productos en el tiempo, es al inicio de la primavera cuando el Fe es más necesario, por lo que se recomienda una aplicación temprana con el 50% de la dosis, seguida de otra aplicación con el 30% de la dosis anual a los dos meses de la primera y una última, en otoño con el 20% para preparar al árbol para la primavera siguiente.

La vid puede requerir hasta 10 g de un quelato de alta riqueza.

Los cultivos hortícolas y ornamentales en fertirrigación, requieren dosis de 50 g (para un producto con una riqueza del 6% de hierro quelado) por m3 de agua de riego, aplicado cada semana, usando quelatos de menor estabilidad, o cada 15 días, empleando quelatos más estables.

En el caso de sustratos hidropónicos se pueden usar complejos, teniendo en cuenta de no mezclar su aplicación con la disolución de macronutrientes.

En cultivos leñosos, sobre todo cuando el problema se observa sólo en algunas zonas de la plantación, se puede aliviar la clorosis con inyecciones al tronco, tanto de sólidos como de disoluciones. Por lo general, se utilizan sales ferrosas acompañadas de citrato.

No suele ser rentable el uso de quelatos en cultivos de menor valor añadido, por lo que en esos casos se pueden realizar aplicaciones foliares con compuestos como sulfato ferroso o complejos de Fe, utilizando un mojante adecuado. Dado que las aplicaciones foliares no mejoran el movimiento del Fe en la planta es necesario repetirlas varias veces. 

 

Hierro - Clorosis Férrica - Fertilización con micronutriente en agricultura 

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