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Polilla del olivo, Prays, Punxó - Prays oleae

Polilla del olivo, Prays, Punxó - Prays oleae, microlepidóptero con importantes daños en su generación carpófaga al provocar la caída de aceitunas al suelo.

Descripción

Este microlepidóptero está distribuido por toda la Cuenca Mediterránea. Su incidencia varía según campañas llegando a menudo a alcanzar niveles que provocan pérdidas considerables.

El adulto es una polilla gris plateada de 6 mm de longitud.

El huevo es lenticular, de 0,5 mm de diámetro y de un color blanquecino que vira a amarillo al ir a eclosionar.

La larva alcanza los 8 mm en máximo desarrollo y presenta una coloración variable con tonalidades claras, marrón y verde. Se transforma en crisálida en el interior de un capullo sedoso y restos vegetales o terrosos, ya sea en la parte aérea o en el suelo, según la generación de que se trate.

Las tres generaciones que se suceden a lo largo de la campaña afectan sucesivamente a la hoja y yemas (generación filófaga), a la flor (antófaga) y al fruto (carpófaga).

Generación filófaga: en otoño los adultos depositan sus huevos en las hojas y las larvas nacidas se mantienen durante el invierno en galerías interiores que realizan en las hojas nada más nacer. Al final de esta estación, las larvas cavan galerías y cambian varias veces de hoja. En la última fase de larva ya no caben en el interior de la hoja y se alimentan exteriormente de yemas y hojas. Forman la crisálida generalmente en el envés de las hojas.

Generación antófaga: en abril y mayo, los adultos que provienen de la generación anterior depositan los huevos en los botones florales, con marcada preferencia por el cáliz. Las larvas neonatas penetran dentro del botón y se alimentan fundamentalmente de las anteras y el estigma. Esta generación es la de evolución más rápida completándose en un mes y medio.

Generación carpófaga: los adultos de la generación antófaga, que aparecen de mayo a junio, realizan la puesta preferentemente en los restos del cáliz, situados cerca del pedúnculo del fruto. Cuando nacen las larvas perforan directamente el fruto y entran en la almendra antes de que se endurezca el hueso. Se alimentan de la semilla hasta que a mediados de septiembre inician la salida de la aceituna para transformarse en crisálida en el suelo, periodo que dura hasta finales de octubre. (Tomado de Bejarano et al., 2011)

Polilla del olivo, Prays, Punxó - Prays oleae

Síntomas y daños

Los daños producidos por la generación filófaga son inapreciables, salvo en los casos de plantaciones jóvenes en formación.

La generación antófaga produce daños de diversa consideración y difícil cuantificación que dependen del nivel de ataque de la plaga, de la cantidad de flor y el destino de la producción (almazara o mesa).

La generación carpófaga es la que produce los daños más importantes. Produce una primera caída de frutos pequeños que, en aceituna de mesa, suele ser beneficioso al aumentar el calibre de los restantes. El daño más grave se hace patente a partir de septiembre, cuando la larva al salir del fruto hace que este caiga al suelo.

Seguimiento y estimación del riesgo para el cultivo

– Selección de la parcela de muestreo
En parcelas de más de 5 Has. Si el olivar es homogéneo (en cuanto a condiciones ambientales: climatología, suelo), el muestreo que se realice sería válido para una superficie de 300 ha.

– Número de árboles en cada parcela de muestreo
20 árboles homogéneos.

– Número unidades de muestreo secundarias

Para la generación filófaga. 10 brotes/árbol. Se cogen alrededor del árbol, al azar.

Para la generación antófaga. 10 inflorescencias/árbol (de 10 brotes diferentes, alrededor del árbol, al azar). También hay que valorar el número de inflorescencias por brote, contando las inflorescencias de 10 brotes/árbol.

Para la generación carpófaga. 10 frutos/árbol (de 10 brotes diferentes, alrededor del árbol, al azar).

– Trampas que deban utilizarse: descripción, número y modo de uso
No se utilizarán trampas.

– Definición de las variables que se miden

Para la generación filófaga
Se anotará el número de brotes atacados, y la variable es “Porcentaje de brotes atacados = (Nº de brotes atacados / Nº de brotes observados) por 100”

Para la generación antófaga
Se anotarán el número de inflorescencias con formas vivas (huevo, larva o crisálida) y el número de inflorescencias por brote. Las variables son: “Porcentaje de inflorescencias con formas vivas = (Nº de inflorescencias atacadas con formas vivas / Nº de inflorescencias observadas) por 100” “Porcentaje de inflorescencias por brote = Nº de inflorescencias / Nº de brotes observados”

Para la generación carpófaga
Se anotará el número de frutos con formas vivas (huevos vivos o huevos avivados), y la variable es: “Porcentaje de huevos con formas vivas = (Nº de frutos con formas vivas / Nº de frutos observados) por 100” Para distinguir los huevos: Huevo normal. Es blanco y con forma de lenteja. Se encuentra depositado sobre el cáliz. Huevo vano. Está seco y aplastado. Forma no viva. Huevo amarillo. Es un huevo normal en período de maduración. Huevo “cabeza negra”. Es un huevo amarillo en el que se distingue la cápsula cefálica Huevo negro. Es un huevo normal que ya ha eclosionado. Al retirarlo se observan excrementos recientes y orificio de entrada. También se considerarán formas vivas si se observa el orificio de penetración, sin rastro del huevo.

– Época de muestreo

Para la generación filófaga, estado fenológico B. (“Yema movida”)

Para la generación antófaga, entre estado fenológico E (“Se aprecian los estambres”) y estado F (“Inicio de floración”)

Para la generación carpófaga, estado fenológico G (“Fruto cuajado”)

Medidas de prevención y/o culturales

El establecimiento de zonas de compensación ecológica, que no son tratadas con los métodos de control, permite un incremento notable del control biológico de la polilla del olivo por parte de depredadores y parasitoides autóctonos.

Por lo tanto, se considera una medida de prevención, previa a cualquier otra medida de control, el mantenimiento de cubiertas vegetales entre las hileras de olivos, o las franjas de vegetación natural en las lindes, o las manchas de vegetación natural o introducida intercaladas entre el cultivo.

Umbral/Momento de intervención

– Para la generación filófaga No es necesario tratar; sólo en plantas en formación cuando haya más de un 20 % de brotes atacados. Momento: Cuando se aprecian larvas vivas en los brotes.

– Para la generación antófaga Cuando se den las siguientes circunstancias a la vez: Porcentaje de inflorescencias con formas vivas igual o mayor del 5% Menos de 10 inflorescencias por brote. Momento: Con el 20% de flores abiertas.

– Para la generación carpófaga Cuando se de la siguiente circunstancia: Porcentaje de frutos con formas vivas igual o mayor del 20% Momento: Cuando se aprecian al menos el 20% de los huevos eclosionados (se ven de color negro). En general, si la humedad relativa es menor del 60% durante el momento de “Fruto cuajado”, lo más probable es que las puestas sean inviables.

Medidas alternativas al control químico

Además de los medios señalados en este apartado, para minimizar el uso de los medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o culturales, pudiendo ser alternativas al control químico.

Medios biológicos Liberación de larvas de crisopa (Chrysoperla carnea) en el estado fenológico D1-D3 (para la generación antófaga) o G (para la generación carpófaga), como forma de reforzar las poblaciones naturales de este neuróptero, siguiendo las dosis e indicaciones del fabricante.

Medios químicos

Se podrán utilizar los productos fitosanitarios autorizados en el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Si se utilizan métodos de control químico se aconseja tener una cubierta vegetal viva, para reducir el impacto que puedan ocasionar en la entomofauna útil. Si fuese necesario hacer más de un tratamiento químico, se alternarán materias activas de diferentes grupos de insecticidas.

A la hora de seleccionar los medios de control se priorizaran siempre las medidas de prevención y/o culturales, seguidas por el resto de medidas alternativas al control químico y por último los medios químicos.

Bibliografía

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Aldebis, H.K., A. Avila, P. Matas, E. Vargas-Osuna (2004). Evaluación de los daños causados por la polilla del olivo, Prays oleae Bern., en distintas variedades y condiciones de cultivo. Boletín de Sanidad Vegetal, PLAGAS, Vol. 30: 649-656

Bejarano-Alcázar, J. D. Rodríguez-Jurado, J.M. Durán-Álvaro, M. Ruiz-Torres, M. Herrera-Mármol (2011). Unidad Didáctica 5. Control de enfermedades y plagas en producción integrada del olivar. En: Producción Integrada de Olivar, pp 55-90. Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera. Junta de Andalucía. Sevilla.

Campos, M., N.A.C. Kidd, T. Morris, W.O.C. Symondson (1999). Las arañas y su incidencia sobre Prays oleae en el olivar. Boletín de Sanidad Vegetal PLAGAS, Vol. 25: 475-489.

Ramos, J.M. y P. Ramos (1990) Veinte años de observaciones sobre la depredación oófaga en Prays oleae Bern. Granada (España), 1970-1989. Boletín de Sanidad Vegetal PLAGAS, Vol. 16: 119-127.

Ruiz-Torres, M. (2012). Perspectivas del control biológico de la polilla del olivo. Vida Rural, nº 346: 43-45.

Fuente y referencia: Publicación del Ministerio de Agricultura de España, Guia de Gestión Integrada de Plagas en Olivar. Madrid 2014

 

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