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La función principal atribuida a las enmiendas orgánicas es el aporte de materia orgánica al suelo, con el fin de generar humus para mejorar la fertilidad del suelo.

La normativa reguladora de los productos fertilizantes contempla varios tipos de enmiendas orgánicas para las que, dependiendo de la materia prima utilizada en su elaboración, se exigen los contenidos mínimos de Materia orgánica total, de humedad relativa y de Extracto húmico total.

Los tipos de enmiendas pueden ser:

Húmicas, hechas con materia prima Animal o vegetal (turba, lignito o leonardita).

Turba de musgo, realizada con materia prima Musgo, principalmente género Sphagnum.

Turba herbácea, realizada con materia prima Turberas bajas principalmente  (Carex, Phragmytes…).

Compost, hecho con materia prima Ciertos residuo orgánico biodegrable.

Compost Vegetal, realizado con materia prima Restos Vegetales.

Compost de estiércol, realizado con materia prima Deyecciones de animales.

Vermicompost, procedente de la Digestión por lombrices de materiales orgánicos, esencialmente estiércol.

Enmienda húmica

Su interés radica en la aportación directa al suelo de compuestos húmicos, que pueden proceder del proceso de transformación de restos vegetales o animales y fundamentalmente de materia orgánica de tipo sedimentario como las turbas, lignitos y leonarditas, ligados al proceso de formación del carbón.

Las sustancias húmicas son compuestos de color amarillento a negro, amorfos, muy polirizados, con elevado peso molecular y de naturaleza coloidal. Se clasifican en función de su solubilidad en ácidos y bases, pudiéndose separar en diversas fracciones húmicas: ácidos húmicos, ácidos fúlvicos y huminas. Los ácidos húmicos representan la fracción más interesante del humus del suelo, pudiendo suponer hasta un 80% del mismo.

En este tipo de enmienda debe valorase un buen equilibrio entre los dos tipos de ácidos, considerándose como idónea una relación de 4 a 1 (80% de húmicos y 20% de fúlvicos).

Las sustancias húmicas inciden de forma beneficiosa en el crecimiento de las plantas actuando de la siguiente forma:
• Los grupos funcionales ácidos húmicos y fúlvicos que contienen intervienen en las reacciones de intercambio catiónico de los suelos.
• Interaccionan con las arcillas y estabilizan los agregados del suelo, previniendo la erosión.
• Tienen un papel importante en la disponibilidad de micronutrientes, puesto que forman complejos con los metales como el hierro, manganeso, zinc y cobre, contribuyendo además a mejorar la absorción por las plantas del fósforo, nitrógeno, potasio, calcio y magnesio.

Turbas

La turba es un material procedente de la degradación bioquímica de materiales vegetales acumulados en medios anaeróbicos o semi-anaeróbicos (turberas). Pueden ser de dos tipos según las condiciones de formación, diferenciándose en turberas bajas o "eutróficas" y turberas altas u "oligotróficas".

Se contemplan en la normativa dos tipos de turbas según las especies vegetales de que proceden: "Turba herbácea", o turba negra, formada por caña común (pastos de Phragmytes) y carrizos (género Carex), y la "turba de musgo" o turba rubia en la que predomina el género Sphagnum.

Las primeras se originan en las turberas bajas que suelen formarse en zonas de llanura con aguas estancadas, con un gran contenido en materia orgánica. Las segundas se originan en zonas de gran altitud, frias y de elevadas precipitaciones. 

Su interés reside en su elevado contenido de materia orgánica utilizándose para la recuperación de suelos degradados, como soporte general de suelos, como materia prima para la fabricación de sustratos y como enmienda orgánica natural en general.

Compost

Se entiende por compost al producto resultante de un proceso controlado de descomposición microbiana aeróbica de residuos orgánicos biodegradables.

De forma general en el proceso de compostaje se distinguen dos fases bien diferenciadas, que se caracterizan por la intensidad de la actividad microbiana. Una primera fase de actividad intensa (compostaje) y otra en que esta actividad microbiana se ralentiza como consecuencia del agotamiento del residuo biodegradable (maduración o estabilización).

Los factores que inciden en el proceso de elaboración del compost y en consecuencia del producto final, son esencialmente, la naturaleza de los residuos biodegradables y de los microorganismos, el tamaño de las partículas, la temperatura y el pH.

Según la procedencia de los residuos utilizados en su fabricación, en la normativa se contemplan tres tipos de productos, cuyas características físicas y químicas son diferentes: compost, compost vegetal y compost de estiércol.

Aunque como se ha dicho las características físicas y químicas de estos productos difieren según el origen de la materia prima utilizada en su fabricación, su interés reside en su contenido en materia orgánica que con carácter general oscila entre un 35 y un 45%.

Es importante señalar a la hora de elegir un compost el grado de madurez del mismo. Un compost inmaduro con una relación C/N superior a 25-30 puede producir efectos depresivos en las plantas al disminuir el nivel de concentración de oxigeno en la zona radicular, así como bloquear el nitrógeno

Valores medios de los parámetros agronómicos de un compost:

Conductividad (dS/m) 700-4.000
pH  7-8,5
Humedad  %  35-40
Materia orgánica  %  35-45
Nitrógeno (N)  %  0,5-2,6
Fósforo (P2O5)  %  0,3-2,1
Potasio (K2O)  %  0,4-1,2
Calcio (CaO)  %  5,0-16,0
Magnesio (MgO)  %  0,7-2,1

 

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