El término estiércol o estiércol natural, se identifica con el fertilizante orgánico que proviene de la fermentación en mayor o menor grado, de una mezcla de excrementos animales sólidos y líquidos con los materiales vegetales que, extendidos sobre el suelo del establo, se utilizan como cama para el ganado.
Un buen manejo del estiércol puede introducir mejoras considerables en el contenido y en la calidad de la materia orgánica del suelo, además de ejercer acciones positivas sobre un variado conjunto de propiedades edáficas.
El poder humígeno del estiércol es muy variable, dependiendo de diversos factores tales como la especie ganadera del que procede, del sistema de explotación y alimentación, de la naturaleza y cantidad de la cama, del grado de fermentación, humedad, etc. Con carácter orientativo para un estiércol bien descompuesto, el valor humígeno medio se puede estimar en un 10% de su peso fresco, es decir 1.000 kg de estiércol pueden generar 100 kg de humus.
En correspondencia con el beneficio que produce sobre la fracción orgánica, el estercolado es capaz de actuar positivamente sobre la condición física de las tierras mejorando aspectos tales como la estabilidad estructural, la porosidad y la capacidad de almacenaje de agua del suelo. Por otro lado, el estiércol ejerce también un efecto favorable en la condición biológica del suelo por el gran y variado número de microorganismos que posee, cuyo aporte produce transformaciones químicas que favorecen el aprovechamiento.
En suelos con un contenido de materia orgánica adecuado, la cantidad de estiércol a aportar deberá ser la necesaria para conservar el nivel de humus (dosis de conservación), mientras que en aquellos suelos con escaso contenido en materia orgánica, habrá que aportar la cantidad suficiente para corregir este déficit (dosis de corrección).
Aunque el estiércol debe evaluarse esencialmente como una enmienda, su valor como fertilizante es muy importante, aunque no contenga tantos nutrientes como los fertilizantes minerales.
Así, por ejemplo, puede decirse que en una incorporación de 20.000 kg/ha de estiércol fresco de vacuno (con 80% de humedad), se aportan al suelo 60 kg de N/ha y 80 kg de K2O/ha y 20 kg de P2O5/ha. Del nitrógeno aportado por el estiércol de vacuno sólo un 20-30% se mineraliza el primer año; en los demás estiércoles, el porcentaje de nitrógeno mineralizado el primer año se sitúa entre el 40-50%. Pero no todas son ventajas en las consideraciones que pueden señalarse respecto a la aplicación de estos productos.
El estercolado en dosis elevadas puede incrementar la salinidad y elevar el pH. los beneficios del estercolado son más importantes que sus aspectos negativos, si bien para que se cumpla esta afirmación es menester tener en cuenta los factores que afectan a su eficiencia de uso agronómico.
En la aplicación del estiércol, cuyo objetivo prioritario es el mantenimiento del equilibrio húmico del suelo, deberá tenerse en cuenta fundamentalmente la alternativa y rotación de cultivos, la climatología de la zona y el tipo de suelo y su contenido en materia orgánica, en función de todo lo cual, se determinarán las cantidades a aplicar, época y frecuencia de las aportaciones.
El estiercol fertilizante orgánico fuente de humus