Cochinilla de la Vid, Parthenolecanium (Eulecanium) corni Bouché, genera melaza en la que se desarrolla el hongo de la negrilla.
Descripción
Pasa el invierno en forma de pequeñas larvas de segundo estadio protegidas debajo de la corteza, mayoritariamente en los brazos de las cepas localizadas cerca de los pulgares. En primavera, las larvas reinician el crecimiento desplazándose hacia los brotes, donde se fijan.
A partir de ese momento, las hembras aceleran el crecimiento tornándose más globosas y adquiriendo un tono marrón-grisáceo hasta alcanzar la máxima dimensión.
Las hembras realizan la puesta de los huevos que quedan protegidos debajo el caparazón, entre finales de mayo y junio dependiendo de las zonas, pudiendo superar el millar de huevos por hembra.
Una vez nacidas las pequeñas larvas, se dispersan hacia el follaje y los brotes tiernos, donde se fijan hasta el final del verano.
En otoño, ya como larvas de segundo estadio, antes de la caída de las hojas, vuelven a migrar hacia las partes lignificadas protegiéndose debajo de la corteza donde pasarán el invierno.
Síntomas y daños
Se detecta por la presencia de los caparazones de las hembras y por la de melaza que aparece en las cepas afectadas. La presencia de hormigas que son atraídas por esta secreción de melaza también ayuda a la detección precoz.
El daño más grave de la plaga es el derivado de la presencia del hongo conocido como negrilla, que se instala en la superficie con presencia de melaza de la cual se alimenta. Hay factores externos que pueden tener una importante influencia en la población del insecto.
Los fuertes calores y las bajas humedades relativas que se producen en pleno verano, especialmente si van acompañados de viento seco, provocan una mortandad importante de las pequeñas larvas.
En caso contrario, las fuertes lluvias también provocan una disminución poblacional.
En el otoño, si los primeros fríos provocan una caída prematura de las hojas, éstas arrastran muchas larvas de segundo estadio que no han tenido tiempo de empezar la migración hacia las partes lignificadas.
Período crítico para el cultivo
A partir de grano guisante (K), se acentúa la secreción de melaza en las zonas bajas de los sarmientos y en los racimos.
Seguimiento y estimación del riesgo para el cultivo
En invierno, si el año anterior se han detectado síntomas de la plaga, se debe vigilar la presencia de los caparazones de las hembras adultas ya muertas en los pulgares y de las pequeñas larvas situadas debajo de la corteza de las zonas próximas a los mismos.
En este caso debe utilizarse una lupa pues adquieren un color muy parecido al de la madera. A partir del inicio de la primavera se debe vigilar la presencia de las larvas invernantes que se desplazan y fijan en las partes inferiores de la brotación.
Estas crecerán hasta llegar a hembras adultas que serán más visibles. Una vez nacidas las pequeñas larvas, se pueden observar en las partes tiernas de los sarmientos, en los pedúnculos y el envés de las hojas cerca de los nervios, así como el los racimos.
En casos de alta población, el seguimiento de la eclosión de los huevos facilita determinar el momento del tratamiento en caso de que sea necesario.
Medidas de prevención y/o culturales
Es recomendable durante la poda, vigilar la presencia de la cochinilla para intentar eliminar las partes más afectadas.
Umbral/Momento de intervención:
No está definido, pero la incidencia del año anterior indica si se debe estar alerta con la presencia de los caparazones de las hembras adultas y de larvas invernantes en los pulgares y alrededores y posteriormente, en verano, extremar la vigilancia sobre la presencia de melaza.
En verano, en el caso de detectar la presencia importante de hembras adultas que requiera intervenir, debe hacerse cuando la eclosión de los huevos esté entre el 80 y 90%.
Medidas alternativas al control químico
Para minimizar el uso de los medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o culturales, pudiendo ser alternativas al control químico.
Medios químicos
De acuerdo con la disposición de productos autorizados, el tratamiento debe hacerse cuando migran las larvas invernantes hacia la nueva brotación. Los tratamientos contra la segunda y tercera generación de polilla, dependiendo del producto que se utilice, pueden dar un buen control contra las larvas recién nacidas.
Bibiografía
Para más datos, consultar: “Los parásitos de la vid. Estrategias de Protección Razonada”. Coedición, MAPA y Mundi-Prensa. 5ª edición, 2004.
Fuente y referencia Publicación del Ministerio de Agricultura de España. Guía de Gestión Integrada de Plagas en Uva de Transformación ed. Ministerio de Agricultura de España, en 2014.
Cochinilla de la Vid, Parthenolecanium (Eulecanium) corni Bouché